SANDWICHS
Es la comida perfecta cuando hay mucha hambre y poco tiempo.
Fuimos a nuevas fuentes y locales, todos ubicados cerca del metro en cuatro barrios de Santiago, donde el sandwich es rey, para ver si hay algún bocadillo digno de hacer un alto.
"Chile, el país donde el sandwich tiene apellido", decía el blog del periodista argentino Darío Gallo, "Crónicas del Cono Sur", perteneciente al diario El Mundo, de España. El texto subrayaba que las pizarras de restaurantes chilenos "más que un listado gastronómico parecen un listado de calles", en referencia al siempre presente Barros Luco, esa herencia gastronómica que nos legó el Presidente así apellidado, y que consiste en pan, carne y queso derretido.
Raro para los extranjeros, pero demuestra que para nosotros los sándwiches son asunto de Estado. Y en los últimos dos años ha nacido una proliferación de sandwicherías o "fuentes" que se atreven con las recetas tradicionales, o le agregan un toque propio: la Fuente chilena, la Fuente de Mardoqueo, la Junta Nacional y el Popular.
Decidimos ir a ver si es que, entre pan y pan, estos lugares novatos ofrecen alguna preparación que se pueda transformar en un clásico. Como el Barros Luco del Club de la Unión. O el Rumano de la Fuente Alemana (un sándwich único en su especie). O ese neoclásico de la mechada palta del Liguria.
¿Sacrilegio? No. Hambre.
Ahora, ¿existe el sandwich perfecto?
Quizás dependa del chef. En ese caso, habría que apuntar alto: Thomas Keller, el famoso cocinero del muy famoso y muy premiado restaurante French Laundry, considerado uno de los mejores del mundo, justamente hizo un sándwich para la película "Spanglish" que es considerado de lo mejor que se ha visto en estas preparaciones.
Le hacía muy rápidamente un sandwich de tocino, queso, lechuga, mayonesa, tomate, en pan campesino y con el toque maestro de un huevo.
La idea es que después de dorar el tocino, se comience a armar el sándwich con el resto de los ingredientes, y al final se tira el huevo en la sartén, se espera a que las claras agarren el blanco y ahí, rápido y sin romper la yema, se corona el relleno con él. Cuando parta en dos este atentado kamikaze del paladar contra las arterias, esa yema chorreará. Aunque la película fracasó, cuentan los actores que en la calle los paraban para decirles: "¡Hazme ese sándwich!".
El sándwich es después de todo es la versión prehistórica de la fast food, y que se ha vuelto una expresión tanto de alta cocina como de lo popular.
¿Qué hace un buen sándwich? "Que ni el pan ni el relleno ganen".
Elaborando en ese escueto pedazo de sabiduría culinaria, habría que decir que un sándwich es una mezcla perfecta entre el envase y el envasado, y que ninguna de estas dos estrellas tiene permiso para robarse el show.
La Fuente de Mardoqueo
Libertad 551, 6814211.
Si va a pasar por esta pequeña fuente abierta hace dos años, buena picada atendida por su propio dueño (Gustavo Peñafiel, quien vive en la casa del lado), ojalá tenga hambre. Porque los lomitos, estrellas del local, son gigantes: la medida parece ser "el tope con la pera avisa".
El procedimiento es el siguiente: Uno se asoma por el mesón de la cocina y dice con qué quiere el sándwich (con tomate, mayo, palta y pickles, $3.400), espera a que se lo sirvan, toma sus cubiertos y su vaso, y se sienta en las barras más limpias que se han visto nunca en una "Fuente".
Ahí encontrará una larga fila de salsas y aderezos, incluidas cuatro mostazas y preparaciones hechas en casa. La carne de este local se prepara, por receta familiar, al estilo "bávaro": es hecho en su propio caldo (y la onda europea acompaña el decorado), y desde ahí uno la ve salir y llegar hasta su pan, jugosa y blanda.
Tome el tenedor y el cuchillo: un sándwich así de abundante, no puede comerse con las manos.
Junta Nacional
Ramón Carnicer 87, 6355828.
Aunque los sándwiches no son precisamente las luminarias de este local chileno-fashion (y eso se nota cuando pedimos mayonesa y mostaza y la respuesta es un "quizás", aunque después de un rato llegan), despliegan una respetable muestra de ellos con sabores y nombres criollos, y uno que otro sabor que se escapa de nuestras tierras.
Es el caso del sándwich Arriero ($4.500), que tiene carne, queso fundido y un muy buen puesto tocino, que le da todo el sabor a la mezcla. Sándwich rectangular, servido en plato rectangular y acompañado por un mini platito de pebre, es muy bonito, y sabroso (bendito tocino), pero le falta más salsa y humedad; es decir, le falta menos onda y ensuciarse un poco con aderezos. Además hay un buen pernil palta ($4.100), al que le faltó una limpieza de grasa.
Eso sí, nos quedó por probar el mechada chacarero, que juran le hace competencia a cualquier mechada del Liguria. Para la próxima parada.
El Popular
11 de Septiembre 2236, local 14. 3353208
La cebolla gratinada y el queso fundido de este local parecen haber nacido para estar juntos. Un matrimonio, sellado con un poco de merquén, que hace que uno se pregunte por qué diablos no comer eso todos los días (porque probablemente uno se muera de infarto, pero quién se fija). El sándwich "carne popular" ($3.300) está hecho de la mencionada dupla, cebolla gratinada y queso fundido, más carnes en tiras sazonada con merquén.
De-li-cio-so. Abierto hace un año (lo que hace que su lema, "desde siempre", sea encantador), El Popular quiere distinguirse del resto de las sandwicherías rescatando los sabores chilenos, y siendo un local al paso en Providencia, pero tampoco con esa inmediatez sobrehumana del Dominó.
Así que invita a sentarse, y elegir una cerveza artesanal. El sándwich de carne popular también tiene una estupenda versión vienesa sureña (las otras estrellas del lugar), en la Vienesa popular ($1.350).
La Fuente Chilena
Apoquindo 4900 Local 110. 2286756.
Dios bendiga a esta frica. El pan de este local a un costado del Omnium, abierto hace siete meses, es liviano, crujiente y, aunque el relleno no se queda atrás, corre el peligro de robarse la atención de lo bueno que es.
Tanto, que hasta si el hambre acompaña, da para comerse dos sándwiches. Se llama pan criollo, y es una mezcla entre amasado y la frica tradicional.
Tuvimos la buena idea de probarlo en dos formatos: relleno con lengua italiana ($3.400), cuya carne estaba suave y es muy recomendable para los que disfrutan de este sabroso corte (no venga con niñerías ahora).
Y también un chacarero con fricandela ($3.000), que en este local de estilo nacionalista, es hecha con carne de wagyu (lo que se nota, pero tampoco tanto). Bueno, bonito y digno de un alto.
Fuente Alemana
Isabel PlanUn comentario aparte merece un sándwich que solo pocos se atreven a probar. El Rumano, que es en propiedad "Un placer culpable". A los mortales, les puedo contar que el Rumano es una hamburguesa preparada de carne molida de cerdo y de vaca aderezada con una receta muy bien guardada, pero que sobre todo lleva Ajo. Mucho Ajo. Mucho . Prueben el Rumano Completo, es decir, con chucrut, salsa de tomates y mayonesa. Cada cierto tiempo me doy este gusto, acompañado de una buena Kuztmann Ámbar. Recomiendo comer este sándwich si y solo si, después de hacerlo se puede encerrar en un lugar con la suficiente privacidad para destilar ajo, sin atentar los derechos humanos de otras personas.
Finalmente voy a cometer un sacrilegio. Lo hago responsablemente, y consiente de los riesgos que esto lleva. En fin, ya soy un hombre adulto. No puedo dejar de decir que los completos de la Fuente Alemana, son mucho mejores que los del Dominó. He dicho.t.
Es la comida perfecta cuando hay mucha hambre y poco tiempo.
Fuimos a nuevas fuentes y locales, todos ubicados cerca del metro en cuatro barrios de Santiago, donde el sandwich es rey, para ver si hay algún bocadillo digno de hacer un alto.
"Chile, el país donde el sandwich tiene apellido", decía el blog del periodista argentino Darío Gallo, "Crónicas del Cono Sur", perteneciente al diario El Mundo, de España. El texto subrayaba que las pizarras de restaurantes chilenos "más que un listado gastronómico parecen un listado de calles", en referencia al siempre presente Barros Luco, esa herencia gastronómica que nos legó el Presidente así apellidado, y que consiste en pan, carne y queso derretido.
Raro para los extranjeros, pero demuestra que para nosotros los sándwiches son asunto de Estado. Y en los últimos dos años ha nacido una proliferación de sandwicherías o "fuentes" que se atreven con las recetas tradicionales, o le agregan un toque propio: la Fuente chilena, la Fuente de Mardoqueo, la Junta Nacional y el Popular.
Decidimos ir a ver si es que, entre pan y pan, estos lugares novatos ofrecen alguna preparación que se pueda transformar en un clásico. Como el Barros Luco del Club de la Unión. O el Rumano de la Fuente Alemana (un sándwich único en su especie). O ese neoclásico de la mechada palta del Liguria.
¿Sacrilegio? No. Hambre.
Ahora, ¿existe el sandwich perfecto?
Quizás dependa del chef. En ese caso, habría que apuntar alto: Thomas Keller, el famoso cocinero del muy famoso y muy premiado restaurante French Laundry, considerado uno de los mejores del mundo, justamente hizo un sándwich para la película "Spanglish" que es considerado de lo mejor que se ha visto en estas preparaciones.
Le hacía muy rápidamente un sandwich de tocino, queso, lechuga, mayonesa, tomate, en pan campesino y con el toque maestro de un huevo.
La idea es que después de dorar el tocino, se comience a armar el sándwich con el resto de los ingredientes, y al final se tira el huevo en la sartén, se espera a que las claras agarren el blanco y ahí, rápido y sin romper la yema, se corona el relleno con él. Cuando parta en dos este atentado kamikaze del paladar contra las arterias, esa yema chorreará. Aunque la película fracasó, cuentan los actores que en la calle los paraban para decirles: "¡Hazme ese sándwich!".
El sándwich es después de todo es la versión prehistórica de la fast food, y que se ha vuelto una expresión tanto de alta cocina como de lo popular.
¿Qué hace un buen sándwich? "Que ni el pan ni el relleno ganen".
Elaborando en ese escueto pedazo de sabiduría culinaria, habría que decir que un sándwich es una mezcla perfecta entre el envase y el envasado, y que ninguna de estas dos estrellas tiene permiso para robarse el show.
La Fuente de Mardoqueo
Libertad 551, 6814211.
Si va a pasar por esta pequeña fuente abierta hace dos años, buena picada atendida por su propio dueño (Gustavo Peñafiel, quien vive en la casa del lado), ojalá tenga hambre. Porque los lomitos, estrellas del local, son gigantes: la medida parece ser "el tope con la pera avisa".
El procedimiento es el siguiente: Uno se asoma por el mesón de la cocina y dice con qué quiere el sándwich (con tomate, mayo, palta y pickles, $3.400), espera a que se lo sirvan, toma sus cubiertos y su vaso, y se sienta en las barras más limpias que se han visto nunca en una "Fuente".
Ahí encontrará una larga fila de salsas y aderezos, incluidas cuatro mostazas y preparaciones hechas en casa. La carne de este local se prepara, por receta familiar, al estilo "bávaro": es hecho en su propio caldo (y la onda europea acompaña el decorado), y desde ahí uno la ve salir y llegar hasta su pan, jugosa y blanda.
Tome el tenedor y el cuchillo: un sándwich así de abundante, no puede comerse con las manos.
Junta Nacional
Ramón Carnicer 87, 6355828.
Aunque los sándwiches no son precisamente las luminarias de este local chileno-fashion (y eso se nota cuando pedimos mayonesa y mostaza y la respuesta es un "quizás", aunque después de un rato llegan), despliegan una respetable muestra de ellos con sabores y nombres criollos, y uno que otro sabor que se escapa de nuestras tierras.
Es el caso del sándwich Arriero ($4.500), que tiene carne, queso fundido y un muy buen puesto tocino, que le da todo el sabor a la mezcla. Sándwich rectangular, servido en plato rectangular y acompañado por un mini platito de pebre, es muy bonito, y sabroso (bendito tocino), pero le falta más salsa y humedad; es decir, le falta menos onda y ensuciarse un poco con aderezos. Además hay un buen pernil palta ($4.100), al que le faltó una limpieza de grasa.
Eso sí, nos quedó por probar el mechada chacarero, que juran le hace competencia a cualquier mechada del Liguria. Para la próxima parada.
El Popular
11 de Septiembre 2236, local 14. 3353208
La cebolla gratinada y el queso fundido de este local parecen haber nacido para estar juntos. Un matrimonio, sellado con un poco de merquén, que hace que uno se pregunte por qué diablos no comer eso todos los días (porque probablemente uno se muera de infarto, pero quién se fija). El sándwich "carne popular" ($3.300) está hecho de la mencionada dupla, cebolla gratinada y queso fundido, más carnes en tiras sazonada con merquén.
De-li-cio-so. Abierto hace un año (lo que hace que su lema, "desde siempre", sea encantador), El Popular quiere distinguirse del resto de las sandwicherías rescatando los sabores chilenos, y siendo un local al paso en Providencia, pero tampoco con esa inmediatez sobrehumana del Dominó.
Así que invita a sentarse, y elegir una cerveza artesanal. El sándwich de carne popular también tiene una estupenda versión vienesa sureña (las otras estrellas del lugar), en la Vienesa popular ($1.350).
La Fuente Chilena
Apoquindo 4900 Local 110. 2286756.
Dios bendiga a esta frica. El pan de este local a un costado del Omnium, abierto hace siete meses, es liviano, crujiente y, aunque el relleno no se queda atrás, corre el peligro de robarse la atención de lo bueno que es.
Tanto, que hasta si el hambre acompaña, da para comerse dos sándwiches. Se llama pan criollo, y es una mezcla entre amasado y la frica tradicional.
Tuvimos la buena idea de probarlo en dos formatos: relleno con lengua italiana ($3.400), cuya carne estaba suave y es muy recomendable para los que disfrutan de este sabroso corte (no venga con niñerías ahora).
Y también un chacarero con fricandela ($3.000), que en este local de estilo nacionalista, es hecha con carne de wagyu (lo que se nota, pero tampoco tanto). Bueno, bonito y digno de un alto.
Fuente Alemana
Isabel PlanUn comentario aparte merece un sándwich que solo pocos se atreven a probar. El Rumano, que es en propiedad "Un placer culpable". A los mortales, les puedo contar que el Rumano es una hamburguesa preparada de carne molida de cerdo y de vaca aderezada con una receta muy bien guardada, pero que sobre todo lleva Ajo. Mucho Ajo. Mucho . Prueben el Rumano Completo, es decir, con chucrut, salsa de tomates y mayonesa. Cada cierto tiempo me doy este gusto, acompañado de una buena Kuztmann Ámbar. Recomiendo comer este sándwich si y solo si, después de hacerlo se puede encerrar en un lugar con la suficiente privacidad para destilar ajo, sin atentar los derechos humanos de otras personas.
Finalmente voy a cometer un sacrilegio. Lo hago responsablemente, y consiente de los riesgos que esto lleva. En fin, ya soy un hombre adulto. No puedo dejar de decir que los completos de la Fuente Alemana, son mucho mejores que los del Dominó. He dicho.t.
1 comentario:
Los sandwichs son una comida rápida que se utiliza cuando uno esta sin tanto tiempo para un almuerzo o cena. Yo suelo pedir mis almuerzos al delivery de comida en las condes para mis comidas en las oficinas
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